martes, 2 de mayo de 2017

EL TRIUNFO DE LA VOLUNTAD

Voluntad entendida no como querer hacer algo simplemente, sino como querer hacer algo y luchar por ello pase lo que pase.

Esta foto simboliza mucho de lo que hablo y con la que tanto me sentí identificado en los momentos más duros de la preparación para conseguir llegar al campeonato del mundo.


Partiendo de que el atletismo es un deporte de sacrificio y mucho esfuerzo, los objetivos ambiciosos se convierten además en una lucha sin cuartel por entrenar lo mejor posible cada día. Muchas veces, contra las circunstancias, como si el triunfo de ese objetivo te estuviese poniendo a prueba si tienes voluntad de verdad por conseguirlo o no. No solo se requiere un esfuerzo en tu capacidad física, sino también en un capacidad mental para superar las adversidades.

Después de la maratón de Alcalá del 30 de octubre, el objetivo principal era el campeonato del mundo de pista cubierta en Daegu. Desde el día 1 de noviembre empezamos a prepararlo y poco a poco la transición de la maratón hacia el 800 y el 1500 comenzó a dar sus frutos y los entrenamientos a partir de enero ya pintaban bien. El 10 de enero, 2x(4x500),  a 1´23" + 3000 a 3´30" y los regenerativos largos sobre 4´05".

Pero primer contratiempo, días después empiezo con fiebre y un gripazo me deja 2 semanas K.O. Aunque en estas dos semanas solo dejo de entrenar dos días (ver entrada anterior del blog entrenando enfermo), me quedo en un estado de forma pésimo que me lleva a unos entrenamientos muy inferiores al estado que tenía, 6x500 a 1´28" el 18 de enero y rodajes por encima de 4´20" y algo tocado de moral.


Haciendo series de 500´s con mallas largas y sudadera térmica, ya es un claro síntoma en mi de que algo no va bien.

La caída de moral se confirma el 22 de enero, en el debut en pista cubierta con un pésimo 1500 en Gallur en 4´08", sobre todo por las lamentables sensaciones de estar fuera de forma y lejos del nivel de los entrenamientos de principios de enero.


Pero la VOLUNTAD era llegar lo mejor posible al campeonato de España y sobre todo al mundial de Daegu. Había tiempo, así que confiando al máximo en el míster Luis del Águila y con el apoyo constante de toda mi gente, me levanto, me rehago, agacho la cabeza y a seguir luchando. Así ya a primeros de febrero recupero buenas sensaciones y nivel de entrenamientos, como un 6x300 a 45" y rodando sobre 4´10", y haciendo 1´58"03 en el primer 800 de la temporada.



Pero el peor batacazo iba a ser una fractura de costilla a continuación, en febrero. Y que el tratamiento pautado por el médico eran 3 semanas de reposo total. A un mes del campeonato de España y un poco mas para el mundial de Daegu, era decir prácticamente adiós a todo.



Con este diagnóstico y sin poder prácticamente agacharme a abrocharme las zapatillas del dolor, estaba perfectamente legitimado para abandonar con dignidad el objetivo de la temporada, dedicarme a descansar y pensar en preparar la pista al aire libre. Pero no podía hacerlo sin intentarlo por lo menos y aunque era una locura entrenar así, no podía fallar a tanta gente que me estaba siguiendo ilusionada, a tanto apoyo recibido.

Tenía claro cual seguía siendo mi VOLUNTAD , ya que si ésta era verdadera, la seguía teniendo. "El dolor es pasajero, la gloria es eterna", así que si el único problema era el dolor al entrenar, eso no era suficiente para olvidarme de lo que quería.

Uno de los muchos pensamientos de aquellos días

Primera atención urgente al día siguiente de la fractura para al día siguiente estar entrenando.
A partir de aquí los apoyos y los ánimos se multiplican,  mi capacidad de sacrificio  no encuentra límite y busco ejemplos cada día a los que imitar y que habitualmente nos pasan desapercibidos. Cuando tenemos un problema o una situación adversa, tendemos a pensar que somos el único en el mundo que le pasa o que nuestro problema es el peor. No nos darnos cuenta de que estamos rodeados de personas como nosotros y ejemplos de constancia y superación.

A modo de metáfora, aquí vuelvo a la primera foto de esta entrada, la de las cigüeñas, que me mandó un día una de mis alumnas del Club Parque Cataluña, diciéndome, "mira Juanjo lo que veo desde mi ventana, las cigüeñas que todos los años anidaban en el mismo sitio, este año les han puesto unas antenas de telefonía y han superado ese obstáculo y han hecho el nido igualmente".

A modo de ejemplo real y referencia válida, en aquellos días me fijé en un señor mayor, con cierto sobrepeso, que llevo viendo durante años cada mañana en la pista de atletismo y que haga el día que haga, bueno o malo, no falla a hacer su horita al trote por la calle 8. Seguro que muchos días no le apetecerá hacerlo o le costará renunciar a algo, pero ahí está cada día. No dudé en pedirle hacerme una foto con él, modelo válido a imitar a la hora de dedicarnos a hacer atletismo.

Ejemplo a imitar en nuestra aventura en el atletismo. Intentar imitar a Rudisha es un error.
Entre tratamientos de rehabilitación, consigo dejar de entrenar solo un día, aunque cada entrenamiento se convertía en una tortura de dolor. Pero al mismo tiempo daba gracias por ello, por poder correr y que además me estaba ayudando a ser mas fuerte de cabeza. Hacer un controlado a 3´25" + (2x1000 a 3´) ó 2x(200+600) a 31"-1´35" con una costilla rota, te mata o te hace indestructible. Hasta de los peores momentos, se pueden sacar cosas positivas y salir mas fuerte de ellos.


Las siguientes 3 semanas son muy duras de dolor y sobre todo de presión psicológica por si me terminaba de romper. Pero consigo entrenar y además ir sacando cada vez entrenamientos mejores, como las series de 2x(3x500) a 1´20". Y ya el subidón definitivo de moral, cuando veo que la VOLUNTAD ha podido contra todo, viene cuando gano el campeonato de Madrid con 1´57"49 todavía con el vendaje y 6 días después hago la mejor marca de la temporada con 1´56"51.


Así que me encuentro a primeros de marzo, recuperado totalmente de la fractura de costilla, entrenando otra vez muy bien y haciendo la mejor marca española de la temporada. A dos semanas del campeonato de España y un mes del mundial, la cosa pintaba muy bien.

Pero faltaba el último susto, cuando en la primera semana de marzo empiezo con anginas, que ya me conozco y que milagrosamente consigo sujetar para que no me den fiebre.

Tratamiento de choque diario durante la primera semana de marzo
Pero una vez mas, no dejo de entrenar ningún día, me aíslo del problema, solo pienso en sacar los entrenamientos y llegar en la mejor forma al campeonato de España. Primer objetivo de la temporada cumplido: Campeón de España de 800, subcampeón en 1500.

La satisfacción de recoger el premio a tanto sacrificio
A partir de aquí, con una fuerza mental a prueba de bombas y afinando un estado de forma que me empezaba a resultar increíble, como un 2x(200+600) a 29"-1´30", rec 2´, me empiezo a sentir capaz de todo y la confianza es plena.

Pista de Majadahonda y clavos, entrenamiento de máxima calidad días antes de volar a Daegu.
Si bien es verdad que los parones en la preparación por la gripe y la fractura, me retrasaron coger el pico de forma y me dejaron tocado anímicamente en esos momentos. Creo que en cierto modo me favorecieron, porque me hicieron llegar más descansado y al 100% justo al campeonato del mundo y sobre todo, porque al superar las adversidades, de cabeza salí de ahí indestructible y con la confianza en mi al 1000%. Eso sí, desde el 1 de Enero y hasta el viaje a Daegu, solo dejé de entrenar 3 días y habiendo pasado en ese tiempo una gripe, una fractura de costilla y unas anginas. Puede que sea un ejemplo extremo de VOLUNTAD por conseguir algo. O locura.

Pero por muy fuertes que nos creamos y mucha capacidad de sacrificio tengamos, nada de esto hubiese sido posible sin la pertenencia a un grupo mas o menos formal del que hablaba en mi primera entrada del blog Una vida en el mundo del atletismo . Si a este estado de forma física y a la fuerza mental, le añado el apoyo, los ánimos y la confianza de toda mi gente que durante todo este tiempo me ha empujado y que estando en Korea hicieron que me sintiese arropado, hizo que todo en el campeonato del mundo saliese como salió.

Cada entrenamiento diario en Daegu, era una carga de confianza



Como claro ejemplo de este estado, recuerdo sorprendido lo que me pasó el día de la final del 800. Yendo hacia el estadio tres horas antes, iba con dudas sobre el planteamiento de la carrera y a partir de ahí desconfiando un poco de mi rendimiento, como suele suceder siempre. Pero sin hacer ningún trabajo de mentalización específico, según iba avanzando el calentamiento, me empezaron a venir recuerdos de todo lo vivido en los últimos meses y la confianza en mi tomó el mando de la situación. La VOLUNTAD por estar ahí, el sacrificio hecho, los reveses superados, mi familia, mis amigos, toda la gente que me había apoyado por todos los medios y las noticias que me llegaban desde España como que a las 2 de la mañana, iba a estar muchísima más gente de la que imaginaba, viendo la final, me iba convirtiendo poco a poco en invencible.

Después de tener esto en la mente antes de la final, ¿Era posible pensar que no iba a ganar?
Era una tensión controlada. Una situación que me recuerda a cuando me había aprendido de memoria todo un temario y estaba sentado en el pupitre deseando que me pusieran el examen para soltarlo todo. Esa sugestión provocada por la VOLUNTAD y la confianza ganada, hizo que las dudas iniciales se fuesen tornando en seguridad, alcanzando el máximo cuando salté a pista De repente desaparecieron todos los nervios y sentí que iba a ganar y a disfrutar. Ya me daba igual el planteamiento de carrera ni como corriesen los demás, sabía que después de todo esto no podía no ganar.


En el atletismo, a todos los niveles, desde el que quiere ser campeón, hasta el que quiere hacerlo por salud, lo mas determinante a la hora de poder conseguirlo es la VOLUNTAD. Pero voluntad no es decir "quiero conseguir esto", es intentar conseguirlo con todo el sacrificio, entrega, constancia y abnegación que sea necesario. En la capacidad de levantarse tras una caída. Y esto cuando más se requiere es en los momentos malos, en las adversidades que nos van a surgir en el camino. Me atrevería a decir, que todo esto es extensible a cualquier faceta de nuestra vida, no solo al atletismo.

Al paraíso, no se llega en carroza. Al paraíso se llega haciendo penitencia.

Parte de aquel paraíso